martes, 23 de junio de 2009

EL COMEGENTE


SALOMON el controvertido personaje de la historia tiene 100% de realidad y 80% de fantasía.
La realidad comienza cuando Salomón cumple sus quince años, es un muchacho retraído, integrante de una familia poco afectiva y mas dedicada al trabajo. El día de su cumpleaños Salomón piensa que su vida es muy normal, porque sus fantasías y amigos imaginarios para el son reales. Transcurren tres largos años y este sujeto con una tranquilidad casi dormilona; un día hace realidad uno de tantos diálogos que con frecuencia tiene con estos personajes invisibles; que es emprenderlos a cuchillo contra sus familiares. Su madre muy preocupada después de esta crisis lo lleva al médico; y allí un doctor amigo de la familia, le dictamina esquizofrenia. La madre con asombro le manifiesta al doctor que Salomón es la primera vez que tiene un comportamiento de esta índole.-el médico con una mirada fría y profunda mira a la mujer y le confirma que el viene sufriendo de estos desequilibrios mentales, más o menos desde la edad de los 13 años.
Por esta razón el médico toma medidas preventivas y decide remitir a Salomón a un hospital psiquiátrico. Estos con cautela e ingenio, confirman lo que nadie quería oír; aquel joven estaba en la segunda etapa de su enfermedad, iniciaron de inmediato el tratamiento con tranquilizantes y controles esporádicos.
Ya ha pasado un poco de tiempo y las cosas siguen igual, el paciente no muestra mejoría. Una mañana se levanta a desayunar y al sentarse a la mesa, se puede notar la cara de desagrado, al ver que lo espera el mismo menú de todos los días: huevos revueltos, papas guisadas, suero y un chocolate sin leche. Pero como la cuestión es de hambre de lo devora en diez segundos.
Ahí estaba de nuevo esa voz que no lo dejaba tranquilo en ningún momento; ahora invitándolo para que abandonara su casa. Sin pensarlo se paró de la mesa y traspaso el umbral de la puerta. Cuando su madre salió de la cocina para recoger los platos ya no estaba, esa fue la última vez que lo vieron o tuvieron noticias sobre él.

Pero lo que le esperaba al pobre de Salomón no sería nada bueno, por causa de sus desvaríos se dedico a hacer realidad todas sus fantasías,-siempre escuchando y haciendo caso a todo lo que le decía la famosa voz-. Poco a poco fue empeorando su situación, se había convertido en un indigente, había cambiado su confortable cama por un par de cartones mojados debajo de un puente. Su sillas eran un par de piedras a la orilla del rio, pero en las veía como un juego de sala de colección Luis XV. Por otro lado su batería de cocina era conformado por un par de tarros de leche en polvo viejos y oxidados. Usaba los chamizos de los arboles como fogones. Veía tan confortable su vivienda, que lo máximo que se alejaba era un metro a la redonda.

El rio que pasaba debajo del puente, era explotado por los habitantes de los barrios aledaños; todos hombres desempleados y sin futuro alguno. Uno de ellos al que todos llamaban Martin Paredes, era el único que había notado la presencia de Salomón debajo del puente. Un buen día decidió hablarle y entablar una conversación con aquel indigente; después de que había hecho su trabajo del día, se despidió de sus amigos, y cruzo hacia la vivienda de Salomón; este muy amablemente lo recibió, lo invito a sentarse y le brindo un refresco.
Para ser la primera vez que hablaban entraron en confianza rápidamente, a Martin le pareció que aquel loco al que todos en su barrio ignoraban era muy gracioso y curioso. Las visitas se hicieron frecuentes, ya todos sabían que Martin al terminar su trabajo, tenía una cita con aquel pordiosero. Así fue pasando el tiempo y estos individuos se volvieron los mejores amigos.

Una tarde Martin se despidió de sus amigos, pero estos no sabían que era la última vez que lo volverían a ver. Cruzo hacia donde Salomón y este como siempre lo esperaba con una bebida, ya no era un refresco si no una cerveza; la tarde fue pasando y las cervezas iban aumentando, Martin ya borracho, se para y se despide, esa fue la última vez que lo vieron.

Pasaron tres días y los familiares de Martin ya estaban desesperados, no sabían nada de él; pero uno de sus compañeros de trabajo, conto a su madre que Martin había entablado una amistad muy fuerte con el indigente de el puente, y que peor aun el ultimo día que lo habían visto estaba con él.

Un hermano de paredes decide ir a las autoridades y poner la denuncia por desaparición. Estos de inmediato empiezan la investigación: lo primero que hacen es llamar a dar testimonio a amigos y familiares del desaparecido; al final todos los indicios apuntan hacia Salomón. La policía inmediatamente se dirigen hacia donde este habita, y lo capturan, de inmediato es trasladado hacia le jefatura ; y mientras tanto en el puente las autoridades hacen la investigaciones requeridas y revisan todas las pertenencias de el capturado. Toda la gente que rodea el puente esta con la expectativa de que encuentren el cadáver, pero después de tres horas, las autoridades se retiran, para desgracia de muchos no encuentran nada. Mientras tanto en la jefatura un juez encargado le toma la declaración al detenido; este con la tranquilidad que lo caracteriza, aclara que sí, que eran muy buenos amigos, pero la última vez que lo había visto era tres días antes.
El juez procedió a analizar la descripción física de la víctima, se da cuenta que este dobla en estatura y masa corporal a Salomón, entonces es imposible que este sea el autor del asesinato de Martin; el juez le da la libertad, pero no se imagina las ideas macabras que pasan en ese momento por la mente del capturado.

La desaparición de Martin Paredes nunca se aclaro, debido a que su familia era de bajos recursos y no tenia para seguir una investigación más a fondo. Las autoridades no disiparon las dudas de lo que había pasado, y dejaron el caso a un lado.

Salomón regreso al puente, y al llegar, se molesto un poco, porque la policía le había dejado todas sus cosas muy desordenadas. Aunque parecía extraño, Salomón empezó a ganar más amigos de lo común, ya nadie le temía, al principio, toda la gente prefería cambiar de calle por temor a que les hiciera algo. Diariamente recibía hasta tres visitas, toda gente de su mismo gremio: recicladores, indigentes, pordioseros, etc. Todos hombres, nunca se vio con una mujer; se puede decir que toda esta fama la gano por la desaparición de el palero Martin Paredes.

El tiempo fue transcurriendo y la gente de los barrios aledaños fue olvidando el incidente que había pasado meses antes con Martin Paredes; pero al mismo tiempo todos los amigos de Salomón iban desapareciendo, habían momentos en que desaparecían hasta tres hombres por mismo barrio. La gente de los alrededores no le daba mucha importancia al tema, ya que los que desaparecían para ellos eran simplemente vagos, cada vez que se enteraban que alguien estaba perdido; lo justificaban diciendo: que se habían ido del barrio para tener una mejor calidad de vida.

Salomón en poco tiempo encontraría su alma gemela, alguien de su misma estirpe.
Toño un viejo marinero, curtido por todas sus experiencias, ya cansado de más de 500 navegaciones en toda su vida. Alguien que por su vejez no le tendría miedo a espantos ni historias macabras; ya que podemos decir que este sufría de las mismas fantasías y desvaríos de Salomón. Un día este lego al pueblo a descansar de su ultima navegación. Al frente del puente había un pequeño bar llamado “luna caliente” famoso porque vivía lleno por todos los pescadores y marineros de la región. Toño me dio borracho pudo ver a Salomón debajo del puente mientras comía; este sin pensar se dirigió hacia él, se presento y sin que lo invitaran tomo asiento; empezó a contar sus historias de marineros y fantasmas; Salomón no hablaba solo escuchaba, ponía atención a todo lo que le decía este viejo pirata. Después de una hora de historias fantásticas, salomón pensó que este hombre era de su misma condición y era confiable contarle también todas sus historias.
Empezó a relatarle la vez que tuvo un enfrentamiento con una de las brujas más peligrosas:

“Me encontraba de campamento con mis amigos en un lugar que se llama “El Rancho Villa”, este tenía algo en particular quedaba al lado de el cementerio estatal. Una noche dormíamos después de caminatas y aventuras; como a las tres de la mañana escuche las hojas secas, como si alguien las pisara, inmediatamente salí a ver quien andaba por ahí, no había nadie; volví a la tienda y cuando me iba a costar o través estaba ahí el mismo ruido, volví a salir y esta vez escuche una risa escalofriante, que hizo que me quedara paralizado; mire hacia arriba y allí estaba en la copa de una árbol: una gran bruja; mitad mujer y mitad animal; me reto quería que paliara con ella, si perdía mi alma seria suya, acepte; me dijo que todo era muy sencillo que lo único que tenía que hacer era buscar tres piedras de oro que estaban en todo el parque. Empecé a correr y a buscar por todos lados, solo tenía media hora, la angustia no me dejaba pensar; me tranquilice y mire a la cara a la bruja, esta con un gesto burlón, me hizo ver que todo era una burlo, la fulana me estaba tomando del pelo. Quise hacerle lo mismo pero fue ahí cuando apareció Roberto, estaba muy confundido porque tampoco sabía quien era, este como un superhéroe me dijo que me tranquilizara que él estaba para protegerme. De un sacudón hizo que la bruja se fuera.

Desde esa vez el me acompaña a todas partes, aunque el único que lo veo soy yo, no entiendo porque; pero él se ha convertido en mi amigo incondicional, aunque al principio le tenía miedo, ya que vivía atormentándome, ¡todo eso ya ha cambiado!.

Los dos sujetos pasaron toda la tarde contándose sus vivencias y fantasías, hablando de fantasmas y amigos imaginarios. Sus carcajadas se escucharon ese día por todo el pueblo.
Pero paso algo muy extraño, algo que toda la gente del pueblo se preguntaba: este viejo y canoso marinero, fue el único que no desapareció, siempre siguió visitando a salomón.
Transcurrió un año aproximadamente y siempre fue la misma rutina, las visitas en la tarde. Pero todo cambio el día que Tono el viejo y experimentado marinero, falleció; todo fue por muerte natural. Muchos aun dice que murió feliz, ya era su hora, ya le tocaba, estaba demasiado viejo.
Toda gente asegura que la única vez que vieron sonreír a Salomón fue las tardes que paso con Toño.

No pasaría mucho tiempo para que entrara un nuevo individuo a la vida de Salomón.

Mateo un joven indigente y reciclador que tenia antecedentes de drogadicción. Este duro casi un mes visitando a su amigo, pero de un momento a otro desapareció sin dejar rastro alguno, nadie dio información sobre él.

Sin que nadie lo pensara mateo resulto ser hijo de un prestigioso abogado de la región, quien notando que por varios días no veía a su hijo decidió buscarlo; empezó por las zonas donde mantenía, a preguntarle a la gente, a todo el mundo. Sin tener resultado alguno, contrato investigadores; que empezaron a recolectar información y toda esta los llevo al barrio Nueva Granada, donde quedaba el famoso puente. Hicieron entrevistas a varios habitantes del barrio, quienes corroboraron la información que ya tenían: el joven había visto por última vez con Salomón. De inmediato se dirigieron hacia el rio para vigilar al indigente; pero se dieron cuenta que esta iba de salida, se dirigía hacia el rio; estos por su afán de conseguir información, sin pensar se metieron a la propiedad de Salomón: lo primero que revisaron fue su vieja ropa, no encontraron nada, después se dirigieron a la cueva donde dormía, era tan pequeña que solo cavia uno; el mas chaparro entro, mientras los otros vigilaban, pasaron como diez minutos y cuando se dieron cuenta aquel sujeto salió corriendo despavorido, lo otros no se podían explicar lo que estaba pasando, entonces el más alto entro y lo primero que vio, fue seis o ocho cráneos arrinconados hacia la pared. Sin pensar salió directo hacia la policía; no paso ni una hora y ya estaba todo el lugar cercado por la policía. A Salomón lo tenían en una patrulla, mientras tanto los investigadores al pendiente de todo lo que sucedía.

La noticia se rego como pólvora, habían mas de cien personas alrededor del puente, entre esos los familiares de los otros desaparecidos.
La PTJ saco los cráneos y los llevo de inmediato a donde los forenses.

Mientras tanto la policía seguía buscando por todo el lugar. Mientras deshierbaban los alrededores del rio, descubrieron tres bolsas negras enterradas en la arena. De inmediato las sacaron, las abrieron para ver su contenido, ¡que sorpresa! Cuando se dieron cuenta que una bolsa tenia manos y la otra piernas.

Salomón fue trasladado de inmediato a la jefatura, allí lo recibió el juez de la detención de la vez anterior. Alrededor de el estaban todos los familiares de las víctimas, que cuando se habían dado cuenta de el traslado de Salomón , de inmediato se habían ido para la jefatura. Ya sin salida y viendo que estaba rodeado por mucha gente, confeso sus crímenes, pero eso no era todo venia lo peor. No solo los mataba también se los comía; si aunque parezca extraño resulto ser un caníbal. El juez asustado y con la voz temblorosa le pide al detenido que narre los hechos. Este sin vergüenza alguna no le importa y sonríe:

“Claro yo invitaba a mis panas a tomar unos refrescos, luego ya entrando en calor los cambiábamos por polas, y siempre los descarados se quedaban dormidos, mientras tanto yo que ladraba del hambre; no me quedaba mas opción: con una tablita que cargo “pum” les daba un golpe en el cuello y ahí quedaban como pollos. Luego procedía a desmembrarlos, les quitaba la cabeza: que siempre las guardaba; y los brazos y piernas a veces las enterraba y otras las tiraba al rio. Yo solo me como los troncos, que es lo más saludable, no les echaba sal, ya la carne viene con esta incorporada. Nunca comí mujeres, me parecen asquerosas, su carne no sabe bien, por todas esa lociones y cremas que se aplican; tampoco hombres gordos, toda esa grasa produce trigliserios altos y grasa en la sangre. Los mejores son los altos y flacuchos, esos son los que tienen más sustancia”.

Todos los testigos y el juez atónitos y pálidos por la escalofriante historia que acababan de oír, preferían guardar silencio. El juez medio confundido aun, le dice a los guardias que se lleve a Salomón a el sanatorio. Este antes de salir le dice al juez: “su señoría cuídese, cuídese que está muy saludable”.

En este momento Salomón está recluido en una cárcel-sanatorio de Venezuela, aislado para mejor seguridad de los otros internos; en un cuarto oscuro, donde solo entra la suave luz de una ventana. Fue diagnosticado con esquizofrenia severa y de inmediato sometido a tratamiento, aunque esta es la hora que todavía sigue con sus alucinaciones y fantasmas.

Si desde el primer momento en que fue detenido Salomón, se hubieron tomado medidas, y se hubieran analizado más a fondo las desapariciones, la tragedia no hubiera sido de tal magnitud. En la actualidad hay más de cien hombres desaparecidos, pero hasta el momento se le han podido comprobar el asesinato de diez hombres, que coincide con los cráneos que fueron encontrados en la cueva de Salomón; aunque todos los indicios y sospechas apuntas hacia Salomón Vargas.

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